Hace unos días fue el aniversario de mis padres, y decidí hacerles la tarta red velvet o de terciopelo rojo. Tenía muchas ganas de hacerla y así poder enseñárosla. Esta tarta es característica por el color rojo del bizcocho y el contraste con el blanco del frosting de queso. Su sabor es único, tiene un ligero sabor a chocolate y vainilla. Es una tarta suave, con un bizcocho aterciopelado. Hay miles de recetas pero os enseñaré la que a mi me resulta, después de varios intentos esta es mi receta final:
Ingredientes para el bizcocho (molde 20 x 6 cm)
Ingredientes para el bizcocho (molde 20 x 6 cm)
- 400 g harina de trigo
- 420 g azúcar blanco
- 150 g mantequilla sin sal (Tª ambiente)
- 2 cucharadas cacao en polvo
- 2 huevos
- 1 1/2 cucharadita extracto de vainilla
- 1 cucharadita bicarbonato
- 1 cucharadita vinagre de manzana
- 2 cucharaditas colorante rojo
- 310 ml buttermilk (300 ml leche + 2 cucharaditas de zumo de limón)
- 1 pizca sal
Ingredientes para el frosting de queso
- 600 g queso crema tipo Philadelphia
- 400 g azúcar glacé
- 250 g mantequilla sin sal (en pomada)
- 1 cucharadita extracto de vainilla
Para empezar, precalentamos el horno a 180ºC. A continuación, dejaremos preparado la buttermilk, para ello mezclaremos la leche con las cucharaditas de zumo de limón, tendrá la apariencia de leche cortada pero no se ha estropeado, lo podremos usar perfectamente más tarde, lo reservamos. Con ayuda de unas varillas batimos la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar, después añadimos los huevos uno a uno y seguimos batiendo hasta que nos quede una mezcla homogénea. Añadimos la vainilla, el cacao tamizado e incorporamos la mitad de nuestra buttermilk, removemos y añadimos la harina tamizada con el resto de la buttermilk y pizca de sal disuelta en él.
Mezclamos todos los ingredientes bien, y añadimos el colorante rojo hasta que quede bien integrado, podremos poner más o menos colorante según el tono de rojo que queramos darle. Por último, mezclamos en un vasito el bicarbonato con el vinagre, cuando forme espuma lo echaremos a la mezcla, esta reacción hace que el color rojo se intensifique y que el bizcocho nos quede más esponjoso y suba más. Mezclamos una última vez con una espátula o lengua, y vertemos la mezcla en el molde previamente engrasado y enharinado.
Hornearemos el bizcocho durante 60 minutos o hasta que el bizcocho tenga un tono dorado/marrón. Sacamos el pastel del horno, cuando repose lo desmoldamos y lo dejamos enfriar completamente, puede ser toda una noche. Cuando esté frío, podemos cortarlo con un cuchillo o una lira en dos o tres partes, las que queramos. Si la parte de arriba no está nivelada podemos cortarla para que nos quede recto. Reservamos el trozo de bizcocho sobrante, pues nos servirá para la decoración mas tarde.
Para el frosting de queso usaremos el batidor, batiremos la mantequilla en pomada junto con el azúcar glacé tamizado a media potencia hasta que la mezcla se aclare, y tenga una textura cremosa. Entonces añadiremos el queso crema y la vainilla, y batiremos durante unos minutos más. Después, rellenaremos el bizcocho y cubriremos toda la tarta. Con la ayuda de un colador, espolvoreamos migas del trozo de bizcocho que habíamos reservado anteriormente sobre la tarta (yo puse una plantilla de corazón para dejar la silueta) y para finalizar meteremos el resto de la crema de queso en una manga pastelera con una boquilla de estrella mediana y decoraremos a nuestro gusto. La tarta red velvet es perfecta para cualquier celebración, ya sea un aniversario, un cumpleaños, San Valentín, o porque sí! El resultado de la tarta es exquisita, si no la habéis probado aún, tenéis que hacerlo, y qué mejor que hacerla vosotros mismos!. Espero que tengáis un buen día ♥
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