¡Hola a todos de nuevo! En el post de hoy os enseño como hacer desde cero unos croissants de hojaldre. Es una receta muy elaborada, la cuál requiere mucho tiempo pero merece la pena invertir ese tiempo porque la verdad es que salen unos croissants únicos y deliciosos. A continuación os dejo con la receta y el paso a paso con fotos bien precisas para que no perdáis detalle.
- 500 g harina de trigo
- 1 cucharada (=15g) levadura liofilizada
- 60 g azúcar
- 280 ml leche
- 1 1/2 cucharadita (=7,5g) sal
- 30 g mantequilla sin sal (Tª ambiente)
+
- 250 g mantequilla sin sal (Fría)
Lo primero que haremos será preparar la masa para los croissants, para ello utilizaremos una amasadora con el gancho (o a mano) e introduciremos los ingredientes secos; harina, levadura, azúcar y sal, y a continuación la leche y la mantequilla. Amasamos todos los ingredientes durante unos minutos a velocidad media-baja. Si vemos que la masa está muy pegajosa, añadimos una cucharada de harina hasta que coja consistencia. Buscamos una masa homogénea y no pegajosa.
Colocamos la masa sobre una superficie enharinada, y la amasamos hasta formar una bola. Colocamos nuestra masa en una fuente con un poco de harina arriba y abajo, y la tapamos con papel film. La dejaremos en reposo en la nevera un mínimo de 6 horas o toda la noche. Este tipo de masa no dobla su volumen, sólo aumenta un poco de tamaño.
Mientras esperamos la masa, prepararemos el bloque de mantequilla de 250g. Lo cortaremos en cuadrados del mismo tamaño y los pondremos sobre papel de horno, de forma que formen un cuadrado más grande (19x19cm aprox.). Después, pondremos otro papel de horno encima y con un rodillo lo amasaremos hasta conseguir que todos los cuadrados pequeños se unan y formen el bloque cuadrado. Podemos ayudarnos de una regla. Una vez hecho, lo guardaremos durante 1 hora en la nevera para que vuelva a coger firmeza.
Transcurrido el tiempo de reposo de la masa, la sacamos de la nevera y le sacamos el aire con la palma de la mano sin amasar. A continuación, colocamos la masa sobre una superficie enharinada y espolvoreamos harina por encima. Estiramos con el rodillo hasta formar un cuadrado (26x26cm), lo mejor que podamos. Colocamos la mantequilla que estaba refrigerada en el medio (como sale en la foto) y doblamos las esquinas hasta formar un paquete (20x20cm) con la mantequilla dentro. Es importante quitar con una brocha el exceso de harina, y además mantener siempre la masa fría.
Estiramos la masa desde el centro hacia arriba y hacia abajo, si lo vemos necesario también amasaremos de izquierda a derecha pero es importante mantener la forma rectangular. Amasaremos el paquete hasta conseguir el triple de longitud, manteniendo el mismo grosor en toda la masa. Una vez estirado, plegamos la masa como sale en la foto, como una carta. Por último, lo envolvemos de horno y film y lo refrigeraremos durante 30 minutos. Repetiremos este proceso 3 veces más, es decir, en total 4 veces; estiraremos la masa, la plegaremos y la guardaremos...Con cada vuelta, estamos creando las capas del hojaldre. Entre cada vuelta, refrigeraremos la masa durante 30 minutos. Sin embargo, en la 4ª vuelta dejaremos la masa reposando en la nevera durante 6 horas aproximadamente.
Pasado el tiempo, veremos que la masa ha vuelto a aumentar de volumen ligeramente. Volvemos a colocar la masa en una superficie enharinada, y la cortaremos por la mitad, ya que así la manejaremos mejor (si tienes espacio suficiente no hace falta). Mantendremos la otra parte refrigerada. Mientras, estiramos la masa siempre en la misma dirección, del centro hacia arriba y hacia abajo hasta triplicar el largo. Una vez estirada, con ayuda de un cuchillo cortamos los bordes para igualar el rectángulo (guardaremos todos los cortes de masa que nos sobren y podremos formar algún croissant más pequeño). Después, cortamos el rectángulo en tres rectángulos más pequeños de 13 cm, y estos rectángulos los cortamos en dos triángulos. (Las medidas que doy sirven como guía, pero perfectamente se puede hacer a ojo).
Colocando el triángulo como sale en la foto, con la base cerca nuestra. Lo estiramos un poco con el rodillo, y le hacemos un corte en el centro de la base. Empezamos a enrollar desde la base hasta la punta, sin ejercer presión. Cuando lleguemos a la punta, la pellizcamos para que no se levante durante el horneado. Por último, juntamos los cuernos y los juntamos para que guarden la forma antes de hornear. Colocamos los croissants en una bandeja con papel de horno, y los tapamos con un paño. Dejaremos que vuelvan a reposar a temperatura ambiente durante 1 hora.
Transcurrido este tiempo, precalentamos el horno a 200ºC. Veremos que los croissants han aumentado y que los cuernos se han separado. Pincelamos todos los croissants con una mezcla de 1 huevo batido y 1 cucharadita de leche. Finalmente, los horneamos durante 20-25 minutos a 200ºC, o hasta conseguir el dorado deseado.
Estos croissants son ideales para tomarlos templados, solos, acompañados de dulce o salado y además rellenos de lo que queramos. Espero que os haya gustado esta receta, y que os animéis a ponerla en práctica. ¡Feliz día a todos!♥
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